Un recorrido por Países Bajos

Señales en holandés en las vias del tren

Buscando nuevos destinos para recorrer se me ocurrió ir a visitar a una amiga a su nuevo hogar: Países Bajos. Más precisamente está viviendo en Maastricht, un pueblo holandés al sur del país, casi en la triple frontera con Bélgica y Alemania. Empezando a planear el viaje y hablando con mi amiga al respecto, a ella se le ocurren muchas ciudades para visitar. Se había mudado recientemente y también le encantaba la idea de recorrer los alrededores. Pero claro, yo sólo tenía una semana y sentía eso como una limitación. Decidimos planear poco e ir viendo sobre la marcha.

Pero claro, desde el momento en que llegué me di cuenta que al ser Europa todo está a pocos minutos/horas de tren, y que si se quiere se puede hacer valer muchísimo el tiempo. 

Maastricht no tiene aeropuerto así que compré mi vuelo hasta Colonia, Alemania, y ahí me fue a buscar mi amiga con su pareja. No demos esto por sentado ya que yo llegué a otro país y tan solo en hora y veinte estaba en la casa de mi amiga! 

Es una ciudad pequeña pero muy pintoresca. Debo admitir que está en mi top 3 de ciudades de países bajos. Es hermosísima! Y no es tan turística, ya que viven en su mayoría estudiantes o gente local. Como toda ciudad europea está a orillas de un río; éste es el Mosa. Las calles y veredas bordeando son hermosas de caminar y por qué no llevar unos mates para parar en los parques que están al costado. Del centro histórico me encantaron sus callecitas y bares. Después del atardecer y a la noche está lleno de lugares para tomar algo, especialmente de “terrazas” que son patios para nosotros. Sí, incluso siendo invierno y con un frío tremendo la gente disfruta de una cerveza afuera. Aunque también se puede adentro.

La plaza principal se llama Vrijthof, con la Catedral principal en un costado (Basiliek Van Sint Servaas) y distintos edificios históricos. También cerca se puede ver el Stadhuis (ayuntamiento). 

Les paso data de algunas joyitas variadas que encontramos en la ciudad: 

Boekhandel Dominicanen: una biblioteca en un edificio histórico de la ciudad. Muy hermoso también para quienes sólo quieran pasar a ver y no comprar. Tiene discos a la venta también. 

Olivia’s: fui a desayunar y tienen opciones riquísimas y abundantes! Además de que el lugar es muy lindo. 

Cheese & More by Henri Willing: se sabe que los holandeses son conocidos por sus quesos y aunque sí les advierto que éstos no son baratos, no saben lo ricos que son! Claramente esta marca es para turistas, pero tienen una variedad increíble de sabores y riquísimos. Como sabor cerveza, lavanda, ajo negro, etc. Y si no van a comprar igual pueden pasar a probar todos!

Cafe Zuid: con un lindo patio al aire libre, es un buen cafecito para terminar la tarde.

Charles Eyck Park: Acá está lindo para unos buenos mates, en especial si tienen la suerte de que les toque un día soleado. Sino leer un libro o una caminata también suenan como un buen plan.

Bicicletas por todos lados
El rio Mosa
Callecitas

Cabe resaltar el aspecto de que tanta suerte tuve que de los siete días que estuve, seis fueron soleados. En todo Países Bajos la mayoría de los días son nublados, grises y hasta lluviosos. Por eso a quien le tocan días de sol es casi que bendecido! Aunque aún así, cómo viajé en Febrero, era pleno invierno y hacía mucho frío igual. Máximas de 10 grados como mucho, y mínimas de -5.

Y desde allí empezamos a recorrer. Nosotras salimos por el día a visitar otras ciudades, pero a la noche siempre regresábamos a dormir a Maastricht (noche defínase como un ratito después de que se ponga el sol porque imagínense que sin luz solar ya te congelás). 

Lo más sencillo y útil es ir en tren. Todas las ciudades tienen una estación central cerca. Si no también está la opción de buses pero a veces tardan más tiempo y es hasta más caro. Para pagar el tren yo lo hice con la tarjeta directamente. Si es contactless lo único que hay que hacer es apoyarla en el lector ANTES de subir al tren y en la estación en la que te bajás. Te cobra el trayecto que hiciste cuando bajás. Pero importante: primero hay que buscar el lector correcto en la estación. Porque muchas veces hay diferentes para cada línea de tren y si tapeaste en la incorrecta no sólo que no sacaste el tiquet que necesitás sino que vas a terminar pagando el pasaje más caro en la otra línea (porque no tapeaste la “salida”). Primero mejor preguntar a un guardia o alguien en la estación.

Mi amiga tenía la tarjeta local (un estilo sube) que también se puede comprar como turista pero el precio es casi el mismo por boleto y desde mi punto de vista es poco práctico si estás sólo de viaje.

En la plaza principal

Menos de 20 minutos en tren y ya había llegado. Acá voy a aclarar primero por qué es que conocimos tantas ciudades también; no tienen taanto para ver y nuestro plan no era entrar a museos ni visitar nada en profundidad. Más que nada hicimos un pantallazo general y fuimos gastando más tiempo en donde nos llamaba más la atención. Es decir que si desean pasar más tiempo en cada ciudad también hay más cosas para hacer!

Esta ciudad tiene una muy bella plaza principal con cafecitos lindos. La plaza la encuentran como Markt (todas las ciudades tienen una) y yo elegí el Coffee Mundo para sentarme cerca de la ventana y ver la Iglesia Sint Michielskerk desde ahí. Tiene calles empedradas muy bonitas y la Iglesia de St Peters también es digna de ver. 

Otro dato que es útil para visitar cualquier ciudad europea: buscar cuál es la catedral o plaza principal y desde allí vas a tener el casco histórico con lo más importante que ver alrededor. Las antiguas ciudades eran mucho más pequeñas y estaban diagramadas casi que igual.

El mismo día volví a buscar a mi amiga y nos fuimos a la tarde a Valkenburg. Este pueblo me encantó. Callecitas de adoquines con ‘terrazas’ por doquier, el río Kleine Geul y el castillo de la ciudad en una colina. Un pueblito de cuentos. Primero subimos al castillo, para el cual nos costó comprar la entrada porque sólo había una máquina para hacerlo (nadie te atendía) pero lo logramos. Adentro lo recorrimos leyendo la información y admirando las vistas. 

Comimos algo en Bellini y claro que probando otra cerveza holandesa, un clásico del país. En especial recomiendo probar alguna de la variedad Triple que es un clásico de esta region.

Un parque local muy lindo es Den Halderpark.

De camino de vuelta a la casa pasamos a comprar por los supermercados Albert Hein. Yo soy fan de entrar a pasear a supers extranjeros pero más allá de eso la calidad de las cosas acá es muy buena. Sobre todo recomiendo su panadería y sus quesos. Imperdible probar las Appeltaart holandesas; facturas de manzana que calentitas son aún mejores!

Ah! y datazo también; en las estaciones de tren siempre está un pequeño puesto de estos super. Así que quien se levante muy temprano a pasear como nosotras, se compra ahí un cafecito con algo rico para ir comiendo en el tren.

Y cuando digo muy temprano lo digo en serio. A eso de las 7 de la mañana partíamos los días que fuimos a recorrer más lejos. Para aprovechar las horas de sol. Es así que el viaje más lejano lo hicimos para ir a la mismísima Amsterdam. Dos horas y veinte de viaje y 30 euros después, habíamos llegado. A pesar de que por ser temprano había mucha niebla, mi suerte seguía intacta y al rato salió el sol. Al ver la diferencia en esas horas debo decir que sí es un privilegio verla soleada. Te cambia la visión. 

Una vez que salís de la estación central de trenes hay que darse vuelta a admirarla. Es un edificio hermosísimo e histórico de la ciudad.

Lo primero que hicimos fue caminar por la avenida Damrak hasta el Dam (plaza principal). Fotito al Palacio Real, a la Iglesia De Nieuwe Kerk y al monumento de la Segunda Guerra Mundial.

Reloj de Nieuwe Kerk
Stroopwafel recién hecho
Solo se ven bicicletas y mini autos en la ciudad

Caminamos desde allí hasta el famoso Barrio Rojo pero era tan temprano que sólo vimos a los que lo estaban limpiando de la noche anterior. Después pasamos a eso de las 3 de la tarde pero también estaba casi vacío. Es decir que si les da curiosidad ver de qué se trata, hay que ir más de noche. Sólo entramos a un sex shop a chusmear y de verdad tienen de toooodo. Una juguetería!

Volvimos cerca de la estación central para tomar uno de los famosos tours en barco por los canales. Ya lo habíamos reservado unos días antes, y si lo hacen con más antelación es hasta más barato. El nuestro era con la empresa Lovers y era de una hora. Para nuestra sorpresa te daban auriculares para escuchar una voz grabada que guiaba el tour y estaba en todos los idiomas! Pasamos muchos de los puntos principales de la ciudad: Nemo museo de ciencias, la torre Montelbaanstoren, el museo casa de Rembrandt, el canal Prinsengracht, el canal Kizersgracht entre otros.

Al terminar el tour nos quedaron algunos pendientes así que seguimos caminando por los canales (lo cual es una hermosa actividad!). Fuimos primero hasta la Casa de Anna Frank. Desafortunadamente no habíamos podido conseguir tickets, ya que hay que hacerlo con mucha antelación, así que solo pasamos por afuera pero no es lo mismo. A la vuelta estaba la Westerkerk (iglesia) y el monumento a Anna Frank. Seguimos caminando y perdiéndonos por la zona de las “9 Straatjes” que es de lo más top en Amsterdam, y donde se encuentran las marcas de más categoría. Fuimos bajando por las calles hasta el Munttoren (torre del reloj). Cruzamos al mercado de flores a comprar algunos bulbos de tulipanes, que luego cruzarían el mundo para llegar a Argentina. También están los típicos souvenir representando una flor con madera.

Y desde allí ya empezamos a caminar volviendo a la estación porque habíamos averiguado para ir a uno de los lugares que particularmente más recomiendo del país:

Literal no podía más de la emoción al ver el río con los coloridos molinos girando y el campo de fondo. El sol pegándoles de frente a poco de atardecer y los patos acompañando el paisaje.

Uno de los primeros molinos
Chocolate caliente recién armado!

Nosotras llegamos hasta ahí en tren desde Amsterdam. Nos bajamos en la estación Zaandijk Zaanse Schans y seguimos las indicaciones que te llevan a cruzar el puente Julianaburg. Luego de caminar menos de diez minutos ya desde el puente se admira el paisaje. Es un cuento de hadas! Las casas cercanas también están pintadas de colores y acompañan la escenografía. Es un conjunto de caminitos entre canales y campos, que lleva de un molino a otro. A los molinos se puede entrar; algunos son museos y otros tiendas de diferentes cosas. Hay casas de antigüedades, venta de quesos, cafecitos y chocolate caliente (es riquísimo y te lo armas vos mismo con malvaviscos y todo!). Como dije, está lleno de patos pero también de cabras y otros animales. Nosotras caminamos todos los caminitos posibles e incluso los muelles donde se pueden sacar hermosas fotos! Clave saber que todo cierra al atardecer. 

Dato: nosotras no teníamos tiempo pero en la ciudad de Zaandam (una estación menos) están las casas coloridas que dicen tienen las mismas vibras de cuentito de hadas.

Utrecht

Ya luego del atardecer volvimos a la estación y esta vez fuimos hasta Utrecht para cenar ahí. Lo característico de esta ciudad son los canales en el río Oudegracht y las tiendas y restaurantes cerca. Honestamente me decepcionaron un poco porque buscando un lugar para comer nos encontramos que estaba algo abandonado y muchos lugares cerrados (sobre todo al borde del canal que era lo que queríamos). Pero encontramos un lugar rápido para comer un ramen y seguimos. Aun así las callecitas medievales son muy bonitas y la Catedral Domtoren iluminada también. Nos perdimos un poco al entrar y salir de la estación porque conecta directamente con un shopping. Así que dimos un par de vueltas por ahí sin querer. Ya era tarde entonces volvimos a Maastricht. 

Otro día también salimos muy temprano rumbo a Roermond. Muy pintoresca. Visitamos la Catedral Munsterkerk y la Catedral de San Cristobal. También el Markt y las callecitas del centro histórico. Lo que tiene de diferente es el Designer Outlet Mall. Acá están todas las mejores marcas con grandes descuentos en artículos de otras temporadas. Es muy bonito y buen lugar si quieren hacer alguna compra o tomar un cafe. 

Seguimos camino hacia Eindhoven. Es, a diferencia de las otras, una ciudad muy moderna. Es sede de muchas marcas tecnológicas y acá nació la marca Philips (está el museo de dicha marca si lo quieren recorrer). Es bueno para salir un poco del clásico casco histórico y ver otra arquitectura. Tiene también muchas tiendas de compras y calles para recorrer. Lo que más me gustó fueron las ‘terrazas’ de la plaza Markt. Con mucha decoración y luces cual navidad! Fuimos un día que había partido de fútbol en el estadio del equipo local (PSV Eindhoven) así que todo el mundo estaba en las calles y en los bares tomando cerveza antes de ir al estadio.  

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