Un destino exótico y distinto. Bali llama la atención del mundo por esto y mucho más. Paisajes paradisíacos y vistas fascinantes, comida muy diferente a la nuestra y sobre todo una cultura muy rica y llamativa.
Viajamos en Marzo una amiga y yo. Respecto al clima sí hacía mucho calor y había muuucha humedad. Recomiendo andar con un abanico en la cartera y una botella de agua siempre! Llueve al menos una vez al día, corto y contundente jaja. Para mí fue bastante alivianador, la verdad. En la playa se lleva mejor el calor, pero hay muchísimas escaleras empinadas en todos lados y ahí la clave es solamente frenar a respirar cada tanto.

La moneda que manejan es la Rupia Indonesia o IDR. Para que tengan una idea 1 dólar son alrededor de 15500 IDR, una conversión un tanto difícil, pero la verdad es que todo es muy económico. Ya les iré contando.
Lo poco que conocía antes de ir era por series o películas, como “Comer, rezar, amar”. Bali es la isla más conocida del gran archipiélago de Indonesia (el país) que tiene más de 17000 islas. Eso significa que es la más turística, y por ende globalizada, así que si querés meterte más de lleno en la cultura se recomiendan otras islas que están todavía menos popularizadas. Igualmente yo acá vivencié mucho al respecto ya que desde antes de ir planeamos el viaje con un guía local que nos ayudó mucho.
Llegamos al aeropuerto de Bali la noche del 10 de Marzo sin saber que al otro día se celebraba el “Día del Silencio/del Nyepi”, que es el año nuevo balinés. El día antes se hacen grandes festejos en las calles; con figuras demoníacas enormes hechas de papel y bambú llamados Ogoh, la gente vestida y pintada según las tradiciones, bailando y tocando música. Se termina quemando estos Ogoh, simbolizando el despedir a los espíritus malignos y purificarse de ellos. Luego de esto a las 00:00hs se entra en el Día del Silencio en sí. Este día no se puede salir a la calle y el que lo haga será multado. Es decir que ni a hacer ninguna compra, ni a restaurantes, ni al aeropuerto (este día no hay transportes ni vuelos). Tampoco se puede gritar, escuchar música fuerte ni hacer disturbios y no se deben prender muchas luces. Todos: locales y turistas deben hacerlo. El motivo es que los malos espíritus que siguen por ahí crean que la Isla está vacía y se vayan. Es por eso que si llegan este día, como nosotras, la única alternativa es elegir un buen hotel y pasarlo allí adentro. Como se sabe que no se puede salir, todos suelen dar las comidas o por lo menos ofrecerte opciones para que las compres ahí adentro. Nosotras nos quedamos en The Cakra Hotel (lo reservamos por Booking.com) ya que priorizamos tener un lindo parque y pileta, y también tenía restaurant ahí adentro. Pagamos poco más de 450.000 IDR la habitación doble por noche con desayuno (unos 30 usd). Es un muy lindo hotel, lo recomiendo.

Wayan, nuestro guía, driver y hasta amigo ya, nos buscó en el aeropuerto esa noche y nos llevó al hotel. Recomiendo que contraten una persona que cumpla estas funciones allá; yo normalmente soy una viajera muy libre que organizo y hago todo yo, pero en Bali los taxis son escasos y caros. Se suelen usar más motos que sí son baratas (incluso pedirlas por aplicación para que te lleven) pero también es de gran ayuda alguien local que te organice los tiempos y demás detalles ya que Indonesia es medio un quilombo. Lo recomiendo muchísimo a él específicamente! Su servicio es super completo y a la medida de lo que le pidas (lo que querés ver, hacer, horarios, si sólo driver o también hacer de guía) y para nada caro! Lo pueden contactar en Instagram como brothersbalitours. Te da tranquilidad también saber que él habla Indonesio y muy buen inglés. No tuvimos problemas con el idioma en general, solamente la gente que no está en contacto con turistas habla solo el idioma local.
Pasamos entonces el Día del Silencio allí y a la otra mañana salimos en ferry hacia Nusa Penida, la isla enfrente de Bali. Él nos organizó todo y nos compró los tickets en lancha rápida, lo cual es la mejor opción porque es un trayecto corto.
La isla de Nusa Penida
Nusa Penida es otro universo. Acá aún más recomiendo que vayas con todo arreglado porque sino es muy difícil manejarse allá. Wayan nos había contactado con quien sería nuestro guía ahí, y él nos buscó en auto en la estación de ferrys. Hay autos en la isla pero sobre todo hay muchas motos. Es muy popular alquilarlas para recorrer, ya que los caminos son muy angostos y difíciles para auto. Igualmente están llenos de pozos y en muy mal estado, y muchas subidas y bajadas, por lo que si no sos experto mejor que contrates a alguien que te lleve.
Acá nos alojamos en Villa Olala, reservada por Airbnb a 22 usd la noche (para reservar en esta isla recomiendo esta página porque tiene más opciones ya que trabaja con dueños directos y hay más de esto que hoteles en la isla). Hay que aclarar que está metida en el medio de la selva (como varias villas) y que tiene una subida muuy pronunciada para llegar. Pero la vista y la tranquilidad del lugar son increíbles! La pileta tenía vista al mar y también había un hermoso parque. Tiene un restaurante atendido por los mismos dueños, donde nosotras desayunábamos y cenábamos. Chequeen los horarios para cenar ya que suele cerrar todo muy temprano. Ah y otro dato a tener en cuenta, en la isla los wifi funcionan muy mal, así que conviene tener un chip local con data (aunque a veces tampoco agarra señal) o si no necesitás estar conectado está genial para aprovechar y relajarse totalmente como hice yo.


Ese mismo día dejamos las valijas y continuamos con el driver a hacer el primer tour. Hay dos lados de la isla para recorrer, por eso se divide en East Trip y Western Trip. El primer día fuimos por este último. La ruta para ir ya es maravillosa. Es que los paisajes son una selva muy virgen, algunos campos sembrados y todo entre colinas y montañas que caen abruptamente al violento mar turquesa. Llegamos primero a Klingking Beach. Ahí se aprecia perfectamente el paisaje que les digo. Te deja con la boca abierta realmente. Se puede bajar con mucho cuidado por un camino muy empinado, pero nosotras esta vez no lo hicimos y nos quedamos en uno de los miradores. Se ven siempre muchos monos también y tengan cuidado porque les gusta robar tus cosas.

Luego fuimos al mirador Angel Billabong, muy lindo pero con el calor que hacía y el sol como pegaba de fuerte sólo lo vimos rápido y seguimos. Luego estaba Broken Beach que tiene dos miradores. Increíble vista! Los colores del mar son alucinantes. Recorrimos un poco caminando y volvimos al auto para seguir la ruta.
Ahora sí la próxima parada fue una playa llamada Crystal Bay en la que por fin nos desquitamos y nos metimos al mar a refrescarnos. Es una bahía muy salvaje y bonita, con arena bastante oscura y un oleaje tranquilo (al fin). Punto a favor: a esta playa se llega con el auto que se puede estacionar al lado, privilegio que luego verán que las otras no tienen.
Volvimos a las Villas exhaustas ya, a relajarnos en la pileta. Recuerden que si necesitan comprar algo mejor avisarle al driver antes para que les pare en algún local.
Al otro día nos levantamos temprano, desayunamos y fuimos a hacer el East Trip. Primero hicimos el trecho más largo en auto hasta la otra punta de la isla y llegamos a Diamond Beach. Por favor que paraísoooo! Desde el parking se accede arriba de las playas. Nosotras no lo dudamos y empezamos a bajar por las escaleras que se van haciendo más y más complicadas, y hasta tienen sogas para irse colgando literalmente para bajar. No es para cualquiera. Una vez en la arena igualmente no es una playa para quedarse, ya que las olas son muy fuertes y no hay espacio porque luego ya está la pared de piedra. Nosotras nos quedamos en bikini y corrimos a una parte en la que llegaba menos agua para sacarnos unas fotos y refrescarnos un poco (sin nadar porque es imposible). Es imponente como tan bello paisaje es tan salvaje y poderoso; sentís verdaderamente la fuerza de la naturaleza. Solas, con una roca inmensa a nuestras espaldas que baja hacia una arena clara y escuchando las olas enormes de agua turquesa llena de espuma romper en la costa. Tuvimos la suerte de que las únicas otras dos personas que después llegaron ahí fueron fotógrafos franceses, y nos hicieron una mini sesión para el recuerdo!
Quedaba la subida y eso sí que fue muuy difícil. Aunque llegamos casi sin aire arriba, tampoco dudamos en bajar a la playa opuesta llamada Atuh Beach. Esta sí es más concurrida y tiene algunos paradores de comida y sombrillas. Igualmente tenés que bajar unas largas escaleras pero nada de tener que colgarse acá. Paradisíaca también y un color de agua increíble. Peeero si no sabes nadar bien no te la recomiendo porque tiene mucha corriente y te lleva y te trae constantemente. Yo estuve nadando varias veces pero mi amiga solo entró y salió. Aquí mismo pedimos un almuerzo para recargar energía, agua de coco y a las horas subimos.



Nuestro guía nos estaba esperando para ir a la última parada; Thousand Islands viewpoint. Todos los miradores tienen un precio, ya que ponen corazones o figuras para que enmarquen tu foto. Igual son muy baratos. Acá hay una “casa del árbol” muy conocida para sacarse fotos (obviamente se paga aparte) pero nosotras seguimos por el camino y llegamos al fin del mirador que es un punto aún más bello. Incluso de tan arriba se siente la fuerza del mar y la brisa.
A la vuelta le pedimos que nos deje en Amarta Penida para finalizar ahí nuestro día. Es un restaurante con bar y pileta infinita desde donde se ve hermoso el atardecer. Nos relajamos y tomamos unos tragos ahí, antes de volver a la habitación. Ah eso sí, fue todo un tema porque por más que nos ayudaran fue difícil encontrar un taxi para volver, y obviamente nos cobró más caro porque era “tarde” (9 pm).
Ubud
Al otro día por la mañana ya tomamos el ferry hacia Bali de nuevo y nos alojamos en Ubud. Teníamos una habitación privada con baño compartido en Dewa Hostel. Incluía desayuno y la verdad que estaba bastante bien, teniendo en cuenta que era un hostel y que nos costó sólo 14 usd por noche. Pero la ubicación es perfecta para esta ciudad. Queda sobre una de las calles principales llamada Monkey Forest. También pueden caminar por Hanoman y Raya Ubud, que son muuuy pintorescas y llenas de localcitos y hermosos restaurantes. En todas las entradas van a ver muchas ofrendas que dejan cerca de los marcos, hechas con plantas, flores, algo de comida y/o sahumerios. Así también dejan en cada templo que hay; muchos en pequeñas calles entre las casas. Cerca recorrimos el Monkey Forest, donde ves a los monos literalmente en su casa, con sus crías, comiendo, jugando. Es lindo porque ellos son libres en ese bosque, además de que tienen un espacio para ayudar a los monos ancianos y discapacitados. También visitamos el Ubud Palace.
Acerca de restaurantes por la zona comimos en la mayoría muy bien y barato; recomiendo ir a almorzar a Café Angsa alguno de los platos tradicionales con la hermosa vista. También comimos rico en Simply Social, en Donna y en The Blue Door. Para algo de joda está Cp Lounge que se pone lindo, pero igual es muy tranquilo para la fiesta que sí hay en la parte de la costa.
Ésta es una ciudad más dedicada a retiros de yoga, por lo que está lleno de centros para practicarla y tomar clases también. Nosotras no averiguamos. Lo que sí desde acá no da para moverse al lado de la costa en Canggu o Seminyak como habíamos pensado. Primero, porque salvo que sea en moto, autos casi no se consiguen, y después porque queda a eso de una hora o más, dependiendo del tráfico.
Sí, estábamos cerca de las famosas terrazas de arroz. Nosotras las visitamos Uma Ceking por recomendación de Wayan y la verdad nos encantó! Hicimos el tour básico de hamacas (nos costó 300.000 IDR, o sea 20 dólares) el cual es para fotos y videos básicamente, pero vale mucho la pena. Te sueltan a velocidad en la hamaca que está bastante alta, pero obviamente estás super bien agarrado con arneses. Aunque si tenés vértigo lo vas a pensar dos veces! Nosotras llevamos nuestros propios vestidos de cola larga para la foto, pero sino te alquilan unos ahí también. Después de las varias fotos en todos los spots, caminamos por las terrazas, viendo cómo sembraban el arroz. Aunque no vayan específicamente a estas terrazas, dense el gusto de ir a alguna porque valen la pena!


De ahí ya fuimos a relajarnos al famoso Cretya Ubub. Ubicado también en terrazas de arroz, este complejo de piletas tiene las mismas en terrazas de distintos niveles. Tiene un hermooooooso paisaje y riquísima comida y tragos. Tocan djs todos los días y hay muy buen ambiente. Para una mesa o para las camas hay que reservar con anticipación de días o incluso semanas. Si querés ir a la parte del bar que son asientos compartidos, suele estar lleno e incluso gente esperando para entrar, porque es la parte que menos debes gastar para estar. Nosotras reservamos unos sillones y fue la mejor opción. Tienen, depende de cada ubicación un gasto mínimo, que en dólares era 160 para la nuestra (había de menos). Considerando que era un club super top y que con esa plata comimos un montón, bebimos y fumamos shisha, no me parece caro. Les reeeee recomiendo este lugar.
Algunos templos
Ya uno de los últimos días lo dedicamos a ver templos. Wayan nos llevó a eso de las 5am a Pura Lempuyang primero (viaje de una hora y media más o menos). Esto es porque en éste hay que sacar número con tiempo para la foto, y temprano se supone que hay menos gente (ponele). Yo, ilusa, iba pretendiendo ver grandes templos por fuera y por dentro, paredes gastadas, estatuas, techos esculpidos, no sé bien qué esperaba pero lo que uno se imagina cuando le dicen templo, me entienden? Fue una gran decepción cuando me enteré que sólo se podía acceder hasta ese nivel del templo (más arriba sólo los devotos a la religión pueden subir, e incluso depende en qué estadio estés) y no sólo eso sino que lo único observable eran unas escaleras y las dos columnas de la famosa foto instagrameable. Que (al menos esto ya lo sabía) no es que tiene un espejo de agua abajo, sino que es un efecto de los tipos que sacan la foto con un espejo. Esperamos como 2 horas y media para la foto de mi amiga y yo, indignada, no la quise y nos fuimos, jaja.



Wayan nos había prometido un desayuno local en la casa de su mamá y así sucedió. En su vecindario son varias casas una cerca de otra, unidas por un centro con altares llenos de ofrendas, y cada una tiene un patio de cerámica en el que tendió un mantel de plástico y nos sentamos a pierna cruzada en el piso a esperar la comida. Había arroz, cerdo con piel, huevos duros picantes, maní frito y verduras con coco, jengibre y chile (Urap Urap). Luego también trajeron para tomar té frío y una especie de sopa fría dulce con gelatinas de postre (campur). No les voy a mentir, a mí ese desayuno me cayó pesadísimo jaja, y mucha mezcla para mí a la mañana. Pero nos sentimos muy afortunadas de que la madre nos recibiera tan hospitalariamente, y mismo buscaba la manera de charlar con nosotras con él como traductor intermediario. Mientras enfrente la tía hacía unas tostadas de arroz y las ponía a secar al sol en los techos, porque un familiar se casaba y las necesitaba para hacer la torta (claramente no son como las nuestras jaja). Aparecían sobrinos de otras casas a ver quienes eran estas extranjeras invasoras, y a jugar un rato. Hermosa experiencia!


Seguimos viaje y el próximo templo estuvo mucho mejor a mi parecer, aunque son diferentes. El estilo balinés de templos no es lo que en occidente conocemos como tal. Este llamado Tirta Gangga, por ejemplo, son piletas llenas de peces bellísimos, jardines y torres muy llamativas. Me gustó mucho recorrerlo. Después fuimos a Ujung Water Palace. Con hermosos jardines y arreglos de plantas, lagunas y escaleras. En fin, hay muchísimos templos en Bali pero son de otro estilo. Volviendo otra vez, visitaría otros!
Dato para tener en cuenta, volviendo le pedí si me paraba en una casa de cambio. Donde pudo parar me bajé sólo yo y caminé hasta adentro del local. El señor contó la plata enfrente mío y me la entregó. Cuando estaba ya en el auto volviendo la conté de nuevo y me faltaba una buena cantidad. Volví con Wayan al mismo local y se bajó conmigo a reclamar. El señor no dijo ni una palabra y el resto de mi plata estaba encima del mostrador esperándome. Wayan me explicó que entre ellos es una deshonra y de muy mala persona aprovecharse así pero que hay que tener muchísimo cuidado porque sí sucede y hay quienes lo hacen. Así que a mí me salió bien pero para que ustedes estén atentos también cuando vayan!
Acerca de la gastronomía, son sabores a los que quizás no estamos muy acostumbrados pero es muy rico. Mucho agridulce, arroz, cerdo, tofu, picante también y mucho jengibre a todo! Sí son sabores muy fuertes. Me gustó mucho el Nasi Goreng (arroz frito con verduras, pollo y huevo frito), el Mie Goreng (lo mismo pero con fideos), el Basko callejero que come todo local (sopa de fideos con albóndigas de carne o pollo), Gado Gado (verduras y tofu frito con salsa de maní), los Satay (brochetas de carne, pollo o cerdo), entre otros.



En fin, Bali me pareció un hermoso lugar para unas vacaciones diferentes en todo sentido. Esos paisajes jamás los vi en otros lados, son realmente de película. Quizás sí hay que tener algo de estado físico y energía para disfrutarlo con todo. Pero definitivamente la gente es tan amable que te hace sentir como en casa, y es una cultura tan distinta que querés curiosear cosas nuevas! Hay que experimentarlo para entender de lo que hablo. Te animás?
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Muchas gracias! Un placer haber sido de ayuda!